La última vez fue con Pinocho…mmm….sin comentarios. Ahora es otra cosa ¡dónde va a parar! Detecto que el galán del cuadro ha cobrado vida. Me mira de una manera dulce, limpia, casta, sensible. Una mirada sueño de mujer humana o de cualquier otra especie. Sin embargo, por la naturaleza del caballero, me dirijo a Señoritas de Avignon, Meninas y demás óleos y óleas -que dicen los políticamente incorrectos-: Siento mucho que os hayáis quedado desfasadas entre lienzos, pinceles, trementinas y museos, pero este galán no desviará la vista de mi pixelado ser, aún sin haber visto el selfie en la bañera. Quedáis invitadas al próximo enlace…