50 AÑOS DE LA LLEGADA A LA LUNA

Hace medio siglo que el hombre salió rumbo a la luna y no he querido perder la oportunidad de acercarme a ella. No a felicitarla sino para gozar de su fresquito; el verano del hemisferio norte me estaba matando. Desde la perspectiva que disfruto en estos momentos, no conozco ningún poema hacia el bellísimo Planeta Azul que los seres humanos se empeñan en destruir.

Hace unas horas emitió un quejido, solamente audible para una sensibilidad pixelada como la mía. Está llena de complejos: se sabe fría y fea. Motivo por el que siempre oculta una zona de la cara. Tanto es así, que solo dos hombres la han tocado y salieron volando. Su mentirosa belleza visible desde la Tierra, no sirve sino para regocijo de humanos, especialmente cuando están enamorados.

Me solidaricé con su problema y le dije aquello de “mejor sola que mal acompañada”. No la consoló… Me abstuve de contarle la que le viene encima desde que la NASA estrelló el cohete Centauro en uno de sus cráteres de la parte oscura y, para su desgracia, descubrieron plata (AG según los crucigramas).

No se necesita mucha imaginación para saber que, en busca del preciado metal, se producirá una emigración masiva, similar al la del siglo IXX con la “fiebre del oro” en Estados Unidos. Por su parte, los chinos ya estarán pensando en una town.Allí venderán falsificaciones de alta joyería Au y Pt fabricadas con Ag. Los rusos ya buscan algún descendiente de Putin… Querida Selene, hoy te canto, hoy te digo que 50 años no es nada.

© Oteaba Auer